En la entrada anterior, hemos visto las ventajas del uso de un CRM. Aunque pocas, también podemos encontrar desventajas en el uso de un CRM. Tal vez, sería mejor decir «inconvenientes».
Entre las desventajas, todas ellas fáciles de superar, observamos:
La reticencia a compartir información
Suele darse, quizá más veces de las deseadas, cierta reticencia a compartir información. Aún hay quienes creen que la información sobre el cliente es de uso personal y no de toda la organización.
La curva de aprendizaje
Para manejar el CRM se necesita tiempo de aprendizaje por parte del usuario. También se necesita tiempo para adaptarse a una nueva forma de trabajar en algunos procesos. Este tiempo puede reducirse si la adquisición e implantación del CRM incluye un adecuado proceso de formación. Es preciso, también, un servicio de ayuda y soporte permanente. En estos casos se toma la decisión pensando erróneamente que el tiempo utilizado en el aprendizaje, no compensa.
Falta de motivación
Es posible que sea necesario, antes de abordar la implantación en la empresa, iniciar un proceso de concienciación. Informar sobre las ventajas de disponer del CRM, así como de un plan de implantación en el que participe la mayor parte de la organización. Esta situación hace que sean conscientes de que se trata de una herramienta que mejorará exponencialmente el conocimiento colectivo y favorecerá la operatividad.
El precio
Generalmente se trata de herramientas de elevado coste de compra y mantenimiento para empresas de pequeño tamaño. Aunque no siempre es así.
El CRM, al igual que otras plataformas informáticas, llegó para facilitar el trabajo de las personas y para ayudar a mejorar el rendimiento y los beneficios. Las empresas que disponen de uno, adecuado a sus necesidades, y tratan de sacarle el máximo provecho se sienten cada día más satisfechas de haberlo incorporado a sus mecanismos de gestión.